Cultura

Amalia Freytes y su Esmeralda en “Fantasmáticas”: “Como yo, ella está brutalmente entregada a su profesión de actriz”

Solo quedan tres funciones —27, 28 y 29 de noviembre— para ver Fantasmáticas en el Teatro Comedia. La obra reúne humor, memoria, ternura alrededor de tres actrices que se resisten a desaparecer. En ese marco, conversamos con Amalia Freytes, una de sus protagonistas.

Desde su estreno en octubre, Fantasmaticas —coproducción entre el Teatro Nacional Cervantes y el Teatro Comedia— viene ofreciendo funciones semanales gratuitas con gran convocatoria en cada presentación. La obra sigue a Eunice, Esmeralda y Estrella, quienes habitan un teatro en ruinas donde, entre recuerdos, delirios y ensayos inconclusos, intentan recomponer algo de la gloria que supieron tener. En ese recorrido, enfrentan con lucidez, humor y una sensibilidad profundamente contemporánea los estereotipos que suelen asociarse a la vejez, reivindicando la experiencia, el deseo y la potencia creativa como fuerzas que persisten incluso cuando todo alrededor parece desmoronarse.

Entre ellas destaca Esmeralda, interpretada por Amalia Freytes, quizás el personaje más extremo. Su plan para volver a ser recordada carece de matices: propone inmortalizarse, muriendo en escena. Desde ese impulso desbordado, Esmeralda oscila entre espasmos, contorsiones, desmayos fingidos y un baile que la devuelve siempre a la vida.

A pocos días del cierre de temporada, conversamos con Amalia Freytes sobre el desafío de encarnar a esta actriz desbordada, sobre su propia vida nómade y su historia en el teatro.

“Mi personaje tiene la locura de una artista que está entregada brutalmente a su profesión, al igual que yo”, dice Freytes cuando se le pregunta por Esmeralda. Y no exagera: “Es capaz de hacer cualquier cosa por ese amor. Hay una parte del texto que dice que, cuando estaban buscando una actriz para La cantante calva, se peló antes de ir a audicionar. Esmeralda no tiene grises y, al igual que Eunice y Estrella, sí tiene muchas caras. Y acá están muy bien trabajadas esas caras”.

Luciano Delprato, director de Fantasmáticas, le remarcó que Esmeralda vive en un estado de excitación permanente, casi mortal. “Ella está empecinada en demostrar su capacidad actoral en una muerte. ¿Viste que normalmente —en el cine, sobre todo— se admiran las muertes cuando son gloriosas? El summum es una muerte maravillosa. Esmeralda va detrás de eso. Los tres personajes son sumamente tiernos porque en la soledad y en el olvido se tienen a ellas, nada más que a ellas”.

Pero Esmeralda también guarda una fibra íntima: “Sabe que Eunice es muy sensible y que lo demuestra cada vez que Estrella se quiere ir porque tiene esa dualidad entre el teatro y la familia, con los nietos. Ahí aparece la humanidad de Esmeralda. Hay un acompañamiento entre las tres”.

Freyes también destaca que el personaje la obliga a habitar silencios: “En esos momentos juega con el silencio. Y me gustan los silencios en la actuación. Por eso veo tanta producción turca. Son unos maestros para manejar el silencio y la gestualidad. Y acá se da esa posibilidad, a pesar de que Esmeralda es muy ágil y vertiginosa”.

—¿Por qué cosas darías la vida?

—En principio, por mi hijo. Yo tengo un solo hijo, que es músico y compositor. Daría la vida por él. Y después, por estar vibrando socialmente. Yo soy una persona que tiene una dualidad: hago teatro y aventura.

—¿Aventura?

—Ahora termino el contrato, agarro mi colectivito y me voy a Brasil; volveré cuando estemos por reponer Fantasmáticas. Volveré en abril. Doy la vida por la aventura y por las pasiones. Creo que no se puede vivir sin un proyecto. Los artistas somos un poco obsesivos con el estar en acción, con el estar sintiendo. Daría la vida por estar fluyendo con amigos y viajando.

—¿Cómo es eso del “colectivito”?

—Tengo un colectivo chiquito. Tenía 15 asientos y le volé 12. Le hice una cama, una estructura de hierro abajo… Viajo con eso. Soy muy gitana. Tengo unos 400 atrapasoles de cristal. Me voy al mar y cuando tengo ganas abro el toldo, cuelgo los atrapasoles y me pongo a leer. Cuando me preguntan si me gusta salir, hacer vida social, contesto: “Me gusta andar”.

A lo largo de la charla, aparecen también su formación y su recorrido actoral: del Seminario de Arte Dramático en plena dictadura a la mímica con Jorge Mansilla, la danza con Alfredo Gurquel, el trabajo en Buenos Aires, la docencia y un largo camino entre Córdoba y Brasil. Un trayecto que la coloca hoy, nuevamente, en la programación del Teatro Nacional Cervantes.

Agenda final
La obra encara su cierre de temporada con las tres últimas funciones: 27, 28 y 29 de noviembre, siempre a las 20:00, en el Teatro Comedia (Rivadavia 254). Las entradas son gratuitas y pueden retirarse el mismo día de cada función, de 16:00 a 20:00, en la boletería del teatro. También se podrán reservar online a través del formulario disponible en este enlace, con retiro hasta 15 minutos antes del inicio. Se podrán reservar 4 entradas por persona. Para grupos mayores, se puede escribir por Instagram @fantasmaticas.tnc o por correo a fantasmaticascervantes@gmail.com.