Cultura

La Cripta Jesuítica es un museo de sitio: un espacio donde la arquitectura y su historia son los protagonistas. Mística y atrapantecondensa en sus antiguos muros soterrados varios capítulos de la historia de Córdoba, desde el 1700 hasta nuestros días. El paseo por el museo recrea su construcción en 1713, el enterramiento en 1928, y el posterior descubrimiento en 1989. Su propuesta constituye una tarea de rescate y puesta en valor que merece ser disfrutada.

La Cripta fue redescubierta en 1989 cuando se realizaba el tendido subterráneo de cables telefónicos. El predio donde se construyó formaba parte del Noviciado Jesuítico fundado en 1608. En un principio los jóvenes novicios tenían su sede en la Manzana Jesuítica y cuando se redujo aquel espacio, el Padre General de la Orden sugirió que se construyera una casa para los jóvenes menores de 16 años. Los hermanos Mujica donaron su propiedad en 1700 para ubicar el Noviciado y la casa fue reacondicionada como sede del noviciado de los padres jesuitas, quienes la ocuparon hasta 1713.

Cuando el intendente Emilio Olmos, en 1928, decidió ensanchar la calle Colón, asomaron en la superficie de la acera las bóvedas de la antigua cripta, que fueron demolidas y rellenadas con escombros.